Sinopsis
Sara y Pedro son hermanos. Es lunes en la mañana y Pedro no quiere levantarse, por lo cual Sara idea un plan bastante elaborado para despertarlo. Por una parte lo logra, pero por otra, el plan tiene consecuencias.
Nota
Este cuento nació a raíz del Taller de Escritura Creativa para Niñas y Niños que realicé durante el verano.
Autor
Escrito por Luis Eduardo Vivero Peña.
N° de páginas
1 y 1/2.
Era un lunes casi de madrugada; las hojas de los árboles caían despacio con la brisa y los pajaritos recién se estaban animando a cantar. “Trr, trr, trr, trr”, sonó el despertador, y Sara se comenzó a estirar y a bostezar. Pero no pasó lo mismo con Pedro. Es que la noche anterior se había acostado tarde para seguir jugando con su carrito nuevo a control remoto.
-Pedro, Sara, levántense. En unos minutos les serviré el desayuno.
-Ya, papá, ahí voy -respondió Sara refregándose los ojos.
-Pedro, levántate. Pedro. ¡Pedrooo! No puede ser, al final voy a llegar tarde otra vez por tener que esperarte. Bien flojonazo eres, ¿no?
Sara puso los pies en el suelo y tomó un sorbo de agua de la botella. Entonces vio el balde de playa y el carrito nuevo de Pedro. Y de inmediato su mente dibujó una idea inquietante y divertida.
Sin pensar en las consecuencias que podría traer, Sara tomó el carrito y lo puso sobre la cama de Pedro. Sobre el carrito puso el balde, y vació el agua de la botella dentro de este.
-Pedro, Sara, ¿ya vienen?
-Ya casi, papi -respondió Sara con una voz pícara.
Pedro seguía como si se hubiera desmayado, así es que Sara tomó el control remoto del carrito y lo hizo andar. El carrito anduvo un metro, chocó con la cabeza de Pedro y el agua se le vació encima.
-¡Ahghghgh! ¡Qué te pasa, estás loca! Y mi carrito, ¡mojaste mi carrito, ya verás, te voy a acusar y no vas a poder ver tu serie!
-¡Para qué te acuestas tarde, ya son las siete y media y no te has levantado!
-Desayuno servido. Pedrito, ¿aún jugando con tu carro? Listo, a levantarse de inmediato. Y estás castigado, en la tarde no podrás jugar con el carrito por demorón.
-Pero papá, ¡Sara mojó mi carrito y me echó agua!
-Claro, ahora vas a inventar que puso el balde con agua sobre el carro, que lo hizo andar con el control remoto y te lo vació encima.
-¡Pero si eso pasó!
-Ya, los dos a tomar desayuno. Están castigados los dos por peleadores. Y tú, Sara, no podrás ver tu serie en la tarde.
-¡Pero papá, Pedro no se quería levantar!