El Trueque – el intercambio solidario vale más que un billete

Por Luis Eduardo Vivero, Atenas, Costa Rica, 2012.

Palabras clave: economía solidaria, independencia, colaboración, soberanía económica.

Introducción

Con toda la creatividad que ostentamos como raza humana, podemos decir que algunas creaciones han servido para el beneficio de ciertos grupos específicos y minoritarios, quienes han mantenido el poder político, económico, militar, de la producción y de las tierras. Un ejemplo de esto es la creación de límites geográficos que más tarde fueron llamados países. Si nos ponemos a pensar un poco, veremos que quienes más se han beneficiado han sido los terratenientes, los políticos y todo quien ha estado involucrado en la producción y venta de armamento, ya que como es sabido, la guerra es todo un negocio para personas inescrupulosas. ¿Y es que a caso necesitamos las fronteras? Tenemos el caso del pueblo Ngäbe-Buglé, quienes están presentes en tierras de Costa Rica, Panamá y Colombia. Sus ancestros estaban aquí antes que llegara el colonizador, antes que dibujaran límites y se repartieran las tierras. Cuando llegamos a tomar conciencia de esto, nos damos cuenta que los límites políticos no constituyen un aporte para los pueblos, es decir, para la mayoría de la sociedad.

Algo similar sucede con la creación del dinero, la deuda y sobre todo del interés. Es así como una parte importante de la población en latinoamérica, mayormente familias pobres (la clase media se ha ido emprobreciendo paulatinamente), vive endeudada, pagando mes a mes los intereses de las tarjetas de crédito y preśtamos bancarios, a altas tasas, manteniendo o aumentando cada vez más el monto de la deuda en sí. ¿Y para qué, a caso este segmento socio-económico se beneficia de esto? La verdad es que no. El interés sobre la deuda es un yugo para la sociedad, es una especie de esclavitud moderna, en la cual la clase privilegiada que maneja los bancos e instituciones de crédito es la única que se beneficia, a costa de la explotación de la mayoría. Como se ve la situación, las cosas no han cambiado radicalmente para el beneficio global de la humanidad.

La conciencia como propulsor del cambio

Pero como dicen, “no hay mal que dure mil años ni tonto que lo aguante”. Las cosas comienzan a cambiar en el momento en que despertamos, en este caso, cuando somos capaces de sacarnos el velo del consumismo desenfrenado en el cual la clase que gobierna nos ha sumido. Entonces nos vamos dando cuenta que no necesitamos el dólar estadounidense como moneda internacional. Que tampoco nos hace falta tener una moneda global ni menos un gobierno mundial. Todo esto corresponde a un proceso de ascensión de la conciencia, el cual está influyendo positivamente en múltiples aspectos de la vida. Ahora hay una mayor conciencia del cuidado del medio ambiente, de la importancia de llevar una vida saludable en todos los sentidos y básicamente, ansias de libertad de un sistema económico y político corrupto.

Es interesante ver como cada vez más surgen sociedades colaborativas, llamadas “cooperativas”, incluso en países en donde se había arrasado prácticamente con ese tipo de organizaciones, como en Chile. Hay diversos proyectos en internet y en las redes sociales que nos enseñan a elaborar huertos urbanos, aún teniendo poco espacio disponible. La creatividad esta vez se pone del lado de la sociedad, y poco a poco vamos ganando terreno en la búsqueda y concepción de un mundo sin transgénicos, en donde lo que comemos realmente nos alimente en vez de hacernos esclavos de la ilusión de la soya modificada genéticamente.

Entonces, vamos ganando poder y los gobernantes van perdiendo el control. Están desesperados. Intentan que las naciones tapen los agujeros sin fondos que constituyen las deudas. ¿Cuál es la diferencia? Esta vez nos resistimos. En este sentido, tenemos varios casos interesantes. En Espinal, un pueblo ubicado al norte del Estado de Veracruz, México, los pobladores crearon una moneda propia, llamada “Túmin”, la cual se utiliza para intercambiar bienes y servicios de diverso tipo. ¿En qué forma se distingue el Túmin de la moneda nacional? En que en este caso no hay un banco central de por medio que imprima la moneda. Tampoco se fija el valor de la moneda unilateralmente, es el mismo pueblo, los comerciantes y consumidores quienes acuerdan un precio justo y conveniente para ambas partes. En pocas palabras, se saca el lucro despiadado de por medio y la moneda se pone a disposición de la gente común y corriente a través de un instrumento milenario: el trueque. Experiencias como esta las hay a través de toda nuestra América, desde Argentina, Perú, Bolivia, Brasil, Colombia, Venezuela y Estados Unidos.

El trueque como herramienta de intercambio solidario

Ahora vamos al grano: ¿cómo se benefician las personas a través del trueque? Aquí hay algunas razones:

  1. No se necesita dinero para poder adquirir bienes y servicios. Esto es especialmente relevante en los sectores más desposeídos, ya que al tener menores ingresos están muy limitados en la sociedad capitalista. Pero todo cambia cuando encuentras a alguien que tiene lo que necesitas y que requiere de lo que tú tienes.
  2. Se consigue independencia de las grandes compañías y se eliminan los intermediarios. Un caso ejemplar es el de las cadenas de supermercados, quienes compran a muy bajo precio los vegetales y frutas a los productores locales, dejándoles un margen insuficiente, para luego vender los mismos productos a un alto valor a los consumidores finales.
  3. Se mejora la oferta para los consumidores y las ganancias para los productores, ya que debido al punto anterior, se eliminan los monopolios sobre los productos. Un claro ejemplo de esto es Wallmart.
  4. Se promueve la satisfacción de las necesidades de las personas en un ambiente colaborativo, en vez de mantener un sistema económico injusto, basado en la explotación de los sectores vulnerables de la sociedad.
  5. El valor de cambio del producto o servicio es acordado por ambas partes en función al valor de uso del mismo. Esto es aplicable en situaciones de intercambio privado. Pongamos un ejemplo: Julia tiene un jeep 4×4 y necesita adquirir un terreno para un proyecto de huertos orgánicos. Luis Eduardo tiene un terreno en el valle central y necesita un jeep para llegar a lugares de difícil acceso. En el mercado convencional, el jeep tiene un valor en dinero que es un 15% mayor que el terreno. Pero debido a la necesidad de ambas partes, deciden intercambiar los productos, ya que de esa forma satisfacen sus necesidades plenamente. En ese caso, el beneficio mutuo es mayor al valor de cada ítem en el mercado.

Mecanismos

Existen algunos mecanismos básicos para facilitar y hacer posible el acto de truecar.

  1. Uso de monedas alternativas al dinero o bonos. El objetivo de esto es de estandarizar los valores de los bienes y servicios, con el fin de propiciar un medio de intercambio. Funciona como una tabla de puntajes, en donde cada bien y servicio tiene un puntaje asociado, el cual se ha fijado previamente y de acuerdo entre los participantes (personas individuales u organizaciones, pymes, etc). La tabla de equivalencias se apunta en un archivo y/o pizarra, de esa forma se puede llegar a determinar, por ejemplo, que si Francisco llega con 3 lechugas y 10 tomates, le puede cambiar esos vegetales a Boris por un pan de molde integral.
  2. Trueque multilateral o multirecríproco. Supongamos que un panadero necesita los servicios de un electricista. Dentro de los participantes contamos con un electricista, pero él no necesita pan. ¿Se termina aquí la operación de intercambio por falta de compatibilidad? Para nada. Debido a la necesidad existente, la creatividad entró en acción generando formas de intercambio con múltiples partes. Es así como podemos encontrar en la base de datos un profesor de matemáticas quien necesita pan. A su vez, el electricista requiere de clases de matemáticas. En ese momento todo está resuelto, ya que el panadero le paga con X unidades de pan al profesor de matemáticas, quien por su parte le paga a éste con clases de matemáticas que le brinda al electricista. Entonces, vemos que se genera un intercambio de bienes y servicios con un tercero.
  3. Para que lo anterior sea posible, se requiere de un nivel organizativo que sea capaz de responder a operaciones multilaterales. Esto se puede llevar a cabo a través de la implementación de un catálogo de productos y servicios. De esa forma se provee de diversas posibilidades para realizar la operación de intercambio.
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Además de interesante, es relevante tu reflexión; es un avance en la conciencia, aunque falta mucho aún. Siempre es relevante reflexionar, extrañarse del mundo e ir asumiendo una renovada conciencia, aunque esta es producto de un proceso colectivo, que denominas como un despertar. Es importante en su trascendencia este extrañamiento de nuestro mundo e ir vislumbrando una nueva forma de vivir, aunque tal vez sea muy vieja y fundamental, la que se ha expresado a través de nuestras comunidades hermanas aborígenes, quienes nos llevan gran ventaja en eso; pues los aborígenes nunca se creyeron el cuento de la «civilización» depredadora, cuya filosofía se basa en la enajenación humana, desnaturalizadora de todo lo que nos rodea y que fundamentó su civilización mercantil, que nos sigue hasta hoy. Queda mucho más por recorrer para recobrar nuestra cordura, ya nos estamos comenzando a volver cuerdos; para ello hay que superar y vencer al capitalismo en todas sus formas, para recuperar nuestra humanidad.

Saludos y Gracias por este regalo reflexivo, hay mucho por hacer, decir y pensar aún…

Un Abrazo, desde Chile
Pu Peñi kai pu Lamgen…

Andrés Osorio Parraguez.

¡Muchas gracias Andrés por tu retroalimentación! Abrazos 🙂

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