Feliz día abuela, madre, hija, amiga

Me pregunté como podría saludar de forma especial a las mujeres en este día, 8 de marzo. Y no se me hizo fácil. El sol está ahí todos los días, pero no tomamos consciencia que sin el sol no estaríamos aquí. O como las abejas; sin ellas no habría polinización, la vida vegetal se extinguiría, así como otras formas de vida también.

¿Qué haríamos sin las mujeres? ¡Nada! Probablemente nada, ya que tampoco podríamos nacer. ¿Y qué tal si las agarramos a besos y a abrazos hoy? ¿Y si lo hacemos cada día del año mejor? ¿Si las respetamos constantemente y las amamos en todos sus roles? Porque las trabajadoras – tanto dentro como fuera de la casa – también son madres y esposas, hijas y amigas.

Y esa es una de las habilidades que los hombres no tenemos, y que podríamos aprender de ellas: la multifacetidad. En palabras simples, eso sería como caminar y mascar un candy al mismo tiempo. Pero créanme, en la práctica ser muchas cosas a la vez es algo complejo, que las mujeres han desarrollado a la perfección.

Quienes más me han dado amor en esta vida, como también enseñanzas, han sido mujeres. Mi abuelita Elba, mi mamá, mi tía Gloria, mi hija Amira. Cada uno tiene nombres asociados a la energía femenina que nos ha abrazado y cobijado desde pequeños.

Esta es una invitación a arreglar las cosas, a acortar las distancias entre los géneros, en sentido de otorgarles la importancia debida, y el valor que se merecen. Porque sin ellas este mundo no tendría sentido.

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