
Introducción personal
El primer libro que leí de Roald Dahl fue “James y el melocotón gigante”. Lo leí porque en el colegio de mi hija -que en ese tiempo debió haber tenido unos siete u ocho años- lo había incluido en el plan lector. ¡Qué gran descubrimiento fue! De ahí en adelante leímos casi todos los libros del autor. Incluso algunos de ellos tuvimos que comprarlos de nuevo, ya que con el paso de los años y las tantas veces que mi hija los leyó, terminaron desarmándose.
Lo primero que me llamó la atención fue la muerte de las tías de James, Spiker y Sponge, quienes eran crueles y totalmente malévolas con su sobrino. Murieron al ser aplastadas por el melocotón gigante, dentro del cual iba James y otras siete criaturas. Ellas se lo merecían, fue el karma que les pasó por encima. Hasta ese momento no había leído a otro autor que se hubiera atrevido a tanto. Entonces supe que estaba ante un escritor valiente -porque no le importaba lo que iban a decir editores, directores de colegios ni maestros, sino qué pensarían los lectores al enfrentarse a algo tan razonable y justificado.
Por otro lado quedé, maravillado con el derroche de creatividad; el melocotón volador, las figuras extrañas en las nubes, y la llegada alucinante a Nueva York. Desde ese momento comprendí que no habían límites para crear ni para escribir para niños.
Mini biografía y línea de tiempo de Roald Dahl
Mi escritor favorito fácilmente podría haber sido el protagonista de un libro de ciencia ficción; fue piloto de guerra en la Segunda Guerra Mundial. Luego de haber estado a punto de morir varias veces en el conflicto, fue enviado a Estados Unidos, en donde se desempeñó en el área de inteligencia militar (no le digas a nadie: ¡eso significa que fue espía!).
Roald Dahl nació el trece de diciembre de 1916 en Llandaff, Gales. Sus padres eran noruegos, por lo cual solía ir de vacaciones a Noruega durante su niñez. En ese país la abuela paterna se encargó de contarle historias que dejarían una marca importante en él.
La vida de Roald Dahl estuvo rodeada de incidentes tristes y complejos, incluyendo la muerte de su hermana Astrid, cuando Roald tenía tres años. Unas semanas más tarde falleció su padre de una neumonía.
La vida académica de Roald también fue sumamente difícil, ya que era considerado como un estudiante que no llegaría muy lejos en el ámbito laboral. Cuando tenía ocho años, Roald y algunos de sus amigos fueron azotados por el director del colegio, debido a que habían puesto un ratón muerto en un tarro de dulces del negocio del barrio. Además, tenía problemas de integración social.
Es posible que de aquí Roald haya obtenido buena parte de las escenas y hechos crudos que incluyó en sus novelas infantiles.
En 1934 comenzó a trabajar para la empresa petrolera Royal Duch Shell, la cual lo trasladó a Tanzania. Era su época de aventuras por la vida, tanto así que se alistó en la Royal Air Force con el fin de desempeñarse como piloto en la Segunda Guerra Mundial. Participó en campañas de guerra en Libia, Grecia y Siria. En una de esas intervenciones su avión fue derribado y sufrió heridas graves.
Más tarde en 1942 comenzó su carrera en el área de inteligencia militar, en Washington, Estados Unidos. En este período de tiempo empezó a relatar sus experiencias de guerra en diversos medios escritos, lo cual le dio un empujón importante en su carrera de escritor.
En 1943 publicó su primer libro infantil, Los Gremlins, el cual como ya sabemos, se convirtió en película con los años (al igual que otras más). De ahí en adelante publicó libros tanto infantiles como para adultos. En este último caso con un toque de misterio.
En 1953 se casó con Patricia Neal, una actriz estadounidense, con quien tuvo cinco hijos. En los sesenta se dedicó a escribir varias de sus novelas más importantes, aunque también fue en donde su vida dio algunos giros muy difíciles y tristes, ya que su hija Olivia falleció de encefalitis, producida por el sarampión (1962). Como si eso no fuera suficiente, su hijo Theo tuvo un accidente grave que le dejó una hidrocefalia como consecuencia.
Entre las obras más conocidas que Roald Dahl dejó podemos mencionar las siguientes: James y el Melocotón Gigante, Matilda, Charlie y la Fábrica de Chocolate, Las Brujas, entre otras.
A continuación hay una línea de tiempo más detallada:
Nacimiento: Roald Dahl nace el 13 de septiembre en Llandaff, Cardiff, Gales.
Pérdidas familiares: Fallecen su padre y su hermana mayor.
Educación: Asiste a la escuela preparatoria de Llandaff y luego a Repton School, en Derbyshire.
Trabajo en Shell: Comienza a trabajar para Shell Oil en África (Tanzania).
Se alista en la RAF: Se une a la Royal Air Force como piloto en Nairobi, Kenia.
Accidente aéreo: Sufre un accidente en el desierto de Libia.
Primer relato publicado: «Shot Down Over Libya» en The Saturday Evening Post.
Primer libro infantil: Publica The Gremlins en EE.UU.
Matrimonio: Se casa con la actriz Patricia Neal en Nueva York.
Nace su hija Olivia en Inglaterra.
Fallece su hija Olivia: Muere de encefalitis, un evento que marcará su vida.
Obras clave: Publica James y el melocotón gigante (1961) y Charlie y la fábrica de chocolate (1964).
Publicación de Matilda en el Reino Unido.
Fallecimiento: Muere el 23 de noviembre en Oxford, Inglaterra, por mielodisplasia.
Gracias a la asistencia de OpenAI, ChatGPT, por ayudar en la creación del código de la línea de tiempo interactiva.
Por qué lo considero un genio
Tengo varias razones para considerar que Roald Dahl fue un escritor brillante.
1.- Su valentía al enfrentar el mercado editorial con sus ideas alocadas.
Lo primero que se me vino a la mente cuando leí “James y el Melocotón Gigante” fue cómo le aceptaron un libro en donde las tías malvadas de James morían aplastadas. Se lo mecerían por completo, es verdad. El autor podría haber inventado una enfermedad terminal, un accidente más normal, incluso un asalto brutal. Pero no, decidió dar rienda suelta a su creatividad y a eso que lo hizo único: la capacidad para inventar cosas que solo existían en su cabeza, que podrían resultar extrañas, fantasiosas y nada de realizables. Aun así se las arregló para que cobraran sentido dentro de sus historias.
En el caso del melocotón, hizo que creciera y creciera -junto a un conjunto de insectos adentro- el cual no tuvo más remedio que salir rodando colina abajo, debido al peso. Y como era tan grande, resultó obvio que al pasar por encima de las tías perversas, estas serían aplastadas y sus vidas terminarían ahí.
Tal vez parece una escena cruel, y puede que lo sea. Pero las tías de James se comportaban de forma vil con él, y lo que les sucedió fue karma. Al menos así lo entendí.
2.- Hablarle a los niños de forma escrita sin subestimarlos.
Con el tiempo los cuentos clásicos han ido teniendo modificaciones para quitarles realismo y crudeza. Se ha buscado la forma de adaptar las historias a una realidad en la que se cuida mucho la forma en que se le entrega la información a los niños. Pero no es así en el caso de Roald Dahl, quien se refirió a temas complejos como el abandono, la soledad, la vejez y la muerte de una manera natural, de frente. Sin endulzar nada.
Un par de ejemplos: en “Matilda” se ve claramente como sus padres no se interesan por ella y la desprecian por leer y por no ser superficiales ni entretenidos como ellos. Incluso al final de la novela olvidan a su hija y huyen de la cuidad sin ella.

En la novela “Las Brujas”, hacia el final, el niño decide quedarse como ratón para no sobrevivir a su abuela, a quien no le quedan muchos años de vida. Esto último ha sido objeto de discusión por parte de docentes, editores y otros profesionales.
3.- Logró equilibrar la ternura, la armonía y la tristeza.
En la novela “Charlie y la fábrica de Chocolate”, se presenta la vida de Charlie Bucket, quien vive junto a su familia en condiciones de extrema pobreza. Las descripciones de esto abundan en el libro: en el hambre que pasan y en lo delgados que están, cómo duermen de a varios en una cama, en los grandes sacrificios que hace la familia para darle mejores oportunidades a Charlie. Sin embargo, la historia no termina siendo un drama terrible, ya que por un lado Charlie encuentra una de las chocolatinas premiadas para ir a la fábrica de chocolate de Willy Wonka, y por otro termina siendo el heredero de toda la fábrica. Estas noticias no solo le alegran el día a la familia de Charlie, sino que les cambia la vida para siempre.
4.- La influencia que ha tenido en mí como escritor de literatura infantil.
Roald Dahl es un inalcanzable para mí. Cuando escribo hago todo lo posible por darme la libertad suficiente para crear situaciones, hechos, actividades y personajes alocados, fuera de lo común, y que inspiren. Pienso: “si a Roald Dahl le funcionó, puede que a mí también”. Al igual que el autor, trato de no apegarme a escribir algo políticamente correcto solo por estar en un metro cuadrado de seguridad, para que dado el momento y la oportunidad, alguna editorial publique mi libro. Elijo ser auténtico, trato de ser divertido, de jugar, de diseñar personajes creíbles y que tengan sentido dentro del mundo que voy creando.
Las obras de Roald Dahl me inspiran para dar lo mejor de mí como escritor de literatura infantil.
¿Cuál fue tu primer libro de Roald Dahl? ¿También te marcó? Te leo en los comentarios.
Escritor de literatura infantil y de cuentos para niños grandes. Emprendedor, meditador e Ingeniero electrónico. Viajero cósmico y enamorado de la vida.