Mi vuelo estaba por salir. Al poner mi maleta en la balanza, la señorita me dijo que llevaba demasiado peso y que así no podía viajar. Molesto, abrí la maleta, y frente a todos, saqué mis miedos, traumas y prejuicios. Luego de eso, pasé tranquilamente, estrenando una bella sonrisa.